Eficiencia en la gestión de residuos y reutilización de materiales

Las nuevas directrices que van llegando desde Europa, así como las normas de las Autonomías en materias de residuos y reciclaje de materiales, han determinado que la sociedad experimente cambios de vista importantes con respecto a estas cuestiones. La jornada sobre ‘eficiencia en la gestión de residuos y reutilización de materiales: normativas, procesos de producción y próximos retos’, impulsada por Hidraqua en colaboración con Àrea Oberta, reunió a diferentes actores de sectores diversos para analizar estas cuestiones en las instalaciones de IBIAE.

El término economía circular estuvo en boca de todos y desde cada óptica ofrecieron puntos de vista sobre cómo afrontar los retos planteados. Casi todo puede ser reutilizado y darle un uso posterior. Empresas y Administraciones Públicas están obligadas a ir de la mano para evitar equívocos y políticas improvisadas.

Francisco Muñoz, responsable de Operaciones de Hidraqua -empresa del sector del agua y del medioambiente-, puso el foco en cómo esta compañía plantea «unos ejes dirigidos a campañas de reducción energética y uso de energía cien por cien renovable en nuestras instalaciones, además de instalación de GPS en vehículos para que nuestros operarios optimicen recorridos y realicen menos kilómetros. Con estos pequeños gestos reducimos la emisión de dióxido de carbono en 40.000 toneladas durante el 2018». Muñoz, en cuanto a los residuos, indicó que ahora el concepto de depuradora «ha sido sustituido por el de biofactoría y se valorizan los residuos». De hecho añadió que «el gas se reaprovecha en la propia depuradora, los fangos son valorizados como abono y biomasa, mientras que el agua regenerada tiene un uso agrícola en parques y jardines».

En el caso de Acteco -empresa de gestión, tratamiento y reciclaje de residuos-, su comercial Jorge Segura explicó que «desde 1994 llevamos haciendo economía circular. Las empresas demandan estos materiales reciclados. Existe una necesidad de obtener materia prima, aunque no todos los productos son segredados correctamente. También somos gestores de residuos». Valorizar los residuos estuvo en el centro del debate: minimizar el residuo en origen, dar segundos usos de vida a envases, reciclaje de los materiales, valorización energética y, en última instancia, la eliminación de los mismos.

Ximo Vilaplana, director de Innovación de AIJU, profundizó en la cuestión. «Los residuos hasta ahora no tenían ningún valor. La valorización energética es una salida». Asimismo, aprovechó para poner en el centro del tablero el plástico. «Existe una especie de plasticofobia. Los medios de comunicación se han volcado ahí. Muchas iniciativas políticas vienen por esa vertiente porque está de moda. El plástico es muy difícil de sustituir por sus aplicaciones y propiedades. Tenemos una serie de retos que suponen oportunidades», dijo. De igual forma, manifestó que «mezclando plásticos diferentes generamos un problema y se crea confusión. Harían falta varios contenedores de diferentes plásticos para que no se contaminaran unos con otros».  

Fernando Casado, gerente de SSI Energía, relató que en su empresa hacen «proyectos de mejora energética. Para producir lo mismo se pueden consumir muchos menos kilovatios. Con aerotermos, se consiguen reducciones importantes en procesos productivos del plástico». Casado expuso también que «las empresas tenemos un gran déficit de comunicación para mostrar el valor que nos aporta la economía circular o la responsabilidad social corporativa. En Deinpro -una firma de inyección de plástico de Ibi- el 20% de los trabajadores son empleados con diversidad funcional».  

Héctor Torrente, director de IBIAE, quiso partir de una premisa: «Aquí parece que los únicos que tiran residuos son las empresas. Las empresas transforman materia prima en objetos. Debemos concienciar también a nivel particular. ¿Hay plásticos recuperados para meterlos en el ciclo?», se cuestionó. Por otro lado, habló de que «la gente quiere poner la etiqueta y se vende más por poner que es verde. Antes ya se introducía material plástico triturado y ahora utilizamos el término de economía circular». Torrente detalló que las empresas están «abiertas a estos cambios y no quieren perder dinero. Nadie tira plástico o cartón, sino que se intenta aprovecharlo».

En cuanto a las Administraciones Locales, Gema Sánchez, concejal de Sostenibilidad del Ayuntamiento de Castalla, afirmó que «no se tira todo al contenedor que toca y es una pelea. En nuestra población un contenedor de plástico se llena en un día». A su vez sostuvo que hacen «campañas de comunicación para que las personas reciclen».
Miriam Laurí, concejal de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Ibi, aseveró  que en la villa ibense «se recicla bastante y que los contenedores son vaciados todos los días. Aun así, estamos estudiando cambios. Es un problema general y la concienciación es fundamental desde el origen hasta el final. El Plan Local de Residuos implicará un estudio de la recogida selectiva».  

Las Administraciones Públicas fueron objeto de crítica por los cambios a la hora de legislar. Según Jorge Segura (Acteco), «en Europa existen modelos que funcionan mejor que el nuestro». Héctor Torrente (IBIAE) matizó que el consumidor «está desorientado porque lo que hoy es blanco mañana es negro». Ximo Vilaplana (AIJU) subrayó que «antes de poner en marcha medidas, deben probarse estrategias y luego decidir cuál se elige». Vilaplana, incluso, puso el ejemplo de cómo se reciclan las botellas de PET en Alemania. Francisco Muñoz (Hidraqua) alegó que «se echa de menos una legislación a medio-largo plazo, y no a corto. No solo es legislar, sino disponer de planes estratégicos. Elda, por citar una ciudad cercana, subvenciona el IBI a viviendas que montan placas solares y con ello consigue involucrar a la gente».