Las empresas de artes gráficas de la comarca destacan su versatilidad para reinventarse y adaptarse al mercado

No encuentran mano de obra cualificada y tienen que invertir en formación

En los desayunos de IBIAE –en colaboración con Escaparate y Caixa Popular– se puso en valor la importancia del sector de las artes gráficas en la Foia de Castalla, además de conocer sus inquietudes, necesidades y problemáticas. La génesis de todo fue el juguete, aunque desde hace muchos años trabajan para multitud de sectores. Las empresas participantes expusieron la realidad actual y su visión del futuro más inmediato. Sus capacidades y trayectorias les han permitido reinventarse y reconvertirse con el paso de los años.

Las artes gráficas viven un momento importante, sobre todo apelando a su versatilidad para efectuar diferentes productos y acabados. No obstante, también ha habido un proceso de transición y de cambios para adaptarse a las exigencias del mercado. «Hemos pasado momentos convulsos porque prácticamente han desaparecido los catálogos en papel y determinadas impresiones. Los catálogos son en su gran mayoría digitales y eso obliga a transformarse para evolucionar buscando nuevos nichos de mercado. El tema digital se comió el catálogo de papel. Pocos son los que lo piden y si lo solicitan impreso es para tiradas cortas. Con la pandemia el catálogo acabó por morir», describen.

El relato de las voces de la experiencia en el desayuno ilumina el contexto con una perspectiva interesante: «A principios del siglo XXI se cerraron empresas y otras se transformaron». Del mismo modo, subrayan que «las firmas con un recorrido y una trayectoria ya vimos muchas veces llover y detenerse para, posteriormente, adaptarnos a las circunstancias de cada momento».
Reconvertirse

El proceso de transformación, la digitalización, la adquisición de máquinas más modernas y la búsqueda de nichos de mercado no explorados ha sido costoso. El cambio hacia otros espacios para especializarse es algo que tenía que llegar. Pese a ser caro, es un cambio lógico. Especializarse dentro de las artes gráficas es importante porque hay muchas especialidades que lo permiten. «Ha costado mucho transformarse. Ahora mismo funciona muy bien el etiquetado, la personalización y el packaging«, expresan.

«La decoración de cualquier producto está en auge y se le da mucha más importancia que en épocas anteriores. Las capacidades de cada uno de nosotros hacen que especilizarse en un artículo concreto obligue a salir más fuera porque la demanda está incrementándose», observan las empresas. Esta óptica queda reforzada porque «el objeto se compra muchas veces por la vista y no por el contenido. Así que parece obvio que la manera de vestir al producto y la decoración del mismo genere una grado de influencia relevante en el consumidor. De hecho, un mismo producto admite cantidades infinitas de vestirlo con las distintas fórmulas que ofrece el sector de las artes gráficas en este tipo de acabados. Y ser diferente siempre le da un valor añadido al producto», detallan. Es, sin duda alguna, una de las claves para no perder el tren.

Los hábitos de consumo están cambiando, puesto que evolucionan rápidamente. «La gente joven camina hacia la transformación digital. Esta transformación a algunos les afectará y a otros les ayudará a crecer buscando nuevos mercados», aseveran.

Energía
Los costes energéticos han significado un varapalo importante para las empresas de las artes gráficas. Los testimonios corroboran que «la factura se ha duplicado. Ese incremento no se ha podido aplicar al cliente. Esto tendrá consecuencias en el resultado final del ejercicio. Incluso generando energía de placas fotovoltaicas, la factura final de la energía ha subido». La fotovoltaica es una de las alternativas más importantes para rebajar esos costes energéticos. Aprovechando las subvenciones muchas firmas de la comarca están instalando placas. Al precio actual, la inversión se amortiza en pocos años.

Materia prima
Si la energía es cara, las empresas de artes gráficas que utilizan el papel han abonado otro peaje inesperado. «El papel ha aumentado mucho su coste, se ha duplicado. Incluso hubo un momento en que no había papel. Los grandes lobbys han hecho lo que han querido. Generan una gran inflación y de esta manera compensan sus pérdidas. Son los grandes grupos los que provocan que se dispare. Al final todo lo paga el consumidor, esa es la realidad de esta historia», dicen resignados.
Con estos incrementos, los márgenes se han visto reducidos. «A veces, para no perder a un cliente, vendes por debajo del coste o casi sin ganar nada», afirman.

Personal cualificado
Esta problemática es una constante en las empresas industriales de la Foia de Castalla. No encuentran personal cualificado y son las propias empresas las que se encargan de la formación en sus instalaciones. «La mano de obra cuesta mucho dinero porque tienes que invertir para formar. No hay mucha gente dispuesta. Tienes miedo a enseñar para que luego se marchen. En las artes gráficas priman los niveles de calidad altos. Necesitas que se forme la gente para ofrecer esa calidad. Cuando encuentras a alguien responsable, encuentras oro», insisten.

Al hilo de la cuestión, abren el melón del debate poniendo encima de la mesa las diferencias generacionales y la visión actual de los jóvenes: «Las nuevas generaciones priman más la calidad de vida que el salario, un trabajo que permita disponer de tiempo libre. Su filosofía es diferente y con respecto a la cultura del trabajo su mentalidad ha cambiado».

Economía circular
La economía circular es otra de las cuestiones que afrontan las empresas: fabricar las cosas para que tengan una segunda vida. «¿Hay que reciclar? Sí, pero no solo en una parte del mundo, que es Europa. Reducir, reciclar y reutilizar. Eso se está haciendo. La economía circular en Europa ya hace tiempo que funciona. Un ejemplo claro de ello es Alemania con las botellas de plástico», recuerdan.
Las empresas de las artes gráficas también recalcan la importancia del plástico. «El plástico es útil. Nos ha salvado en la pandemia. No podemos demonizar nada. Es lo que más fácilmente se puede reciclar. El plástico en sí no contamina. Son las personas las que lo tiran al mar. No se van allí solos», denuncian a la vez que muestran su desacuerdo con el impuesto al plástico. «No recaudará lo que dice el Gobierno», matizan.

Huella de carbono
La reducción de la huella de carbono es el siguiente escalón después de la economía circular. «Es más una moda que una necesidad, un elemento de marketing. La huella de carbono es reducir el consumo y emisiones de carbono», manifiestan. Un patrón de esto es que «ahora todos ponemos placas fotovoltaicas. De esta manera reduces el consumo de energía y también la huella de carbono».

El territorio
La Foia de Castalla posee una genética especial para emprender, arriesgar y poner en marcha una industria. Los empresarios de esta comarca «hemos visualizado siempre el futuro de forma diferente, con capacidad de reinvención y de reconvertirse. En un mismo territorio cuentas con proveedores de proximidad y capacidad para establecer sinergias entre empresas. Dentro del mundo de las artes gráficas hay una gran diversidad de ellas para crecer de distinta manera. En otros lugares se hunde un sector y se va al traste. Aquí eso no sucede», elogian con énfasis.